Los integrantes del Think Tank de Energía e Infraestructuras de Compromiso Asturias XXI se despiden bajo estas líneas de su compañero Arcadio Gutiérrez, ingeniero mierense fallecido el pasado domingo tras décadas como referente del sector energético.
Tenemos la sensación los firmantes de este artículo, que muchas veces reconocer las cualidades de las personas se hace tarde, cuando ya no pueden disfrutar de ese reconocimiento aunque «sí sentirlo» en el lugar donde estén.
Así que entonando ese «nosotras culpa» escribimos estas notas sabiendo que Arcadio Gutiérrez Zapico va a «sentirlas» allí donde está.
No podemos hablar desde la longevidad de nuestra amistad con Arcadio, pero sí desde la intensidad; en estos seis años que compartimos ideas, análisis, iniciativas y dedicación hacia nuestra tierra, entendimos que estábamos ante una persona singular; y no exageramos al decir que era uno de los expertos más reconocidos del sector energético por su trayectoria, pero sobre todo por su talento, rigor, conocimiento, empatía y capacidad pedagógica sobre energía, que eran admirados por todos aquellos que tuvimos la oportunidad de conocerle.
El segundo aspecto de esa singularidad, y aquí nos tira la asturianía, era la predisposición y generosidad para hacer desde su responsabilidad todo lo que fuera necesario para el progreso de Asturias. Baste como ejemplos, la dirección de los cursos de energía dentro de los cursos de La Granda, que significaban la apertura de lujo de los debates, y el liderazgo del think tank (TT) de Energía e Infraestructuras de Compromiso Asturias XXI (CAXXI).
El tercer aspecto que también es singular era su capacidad de convencer a las personas para trabajar conjuntamente. Baste revisar a la pléyade de expertos que formaban parte de La Granda o el plantel de expertos que reunió en el TT. Él siempre mencionaba que «para tener impacto hay que trabajar en equipo».
Siempre recordaremos los inicios de nuestros webinars en CAXXI, en los que Arcadio hacía un resumen de la situación, qué maravilla escucharle. Nos quedábamos sin palabra. Hablaba de los kilovatios por hora como si fueran un invitado más a una cena de amigos. ¡Y cómo estimulaba la aportación de ideas! Quería saber todo lo bueno que se hacía por el mundo para ver cómo se podía aplicar en Asturias.
Así que en unos momentos en los que el debate energético es probablemente el más estratégico que tenemos en España, la voz experta y reconocida de Arcadio era un lujo que pocos países tienen y que sin duda echaremos mucho de menos.
Igualmente y cuando hablamos de nuestra tierra, nadie duda que el ser o no ser de Asturias pasa por tener una oferta múltiple y competitiva de energía para así afianzar el resto de los sectores. Pues bien, en este tema, su liderazgo para hacer pedagogía sobre la bondad de todas las soluciones, de cómo resolver los retos y aprovechar las oportunidades ha sido en estos últimos años algo ejemplar.
Su empatía quedaba patente cuando era capaz de rodearse de los expertos más relevantes en aquellas actividades en los que eran requeridos y proyectar, como lo hemos puesto de manifiesto en los numerosos comentarios en redes sociales, un posicionamiento independiente, riguroso y veraz de los entornos que lideraba: Enerclub, La Granda y CAXXI.
No queremos olvidarnos de su singularidad en lo que ha sido su trayectoria tanto en lo público como en lo privado, sin emplear lo hoy conocido como puertas giratorias, sino basado en su conocimiento que lo hacía tan reclamado por muchas organizaciones.
A nivel personal, Arcadio era «un tipo admirable». Con esto está todo dicho.
Y, desde hace tres días, según nos cuentan, ha iniciado con sus nuevos amigos y amigos, un curso sobre la importancia que tienen los kilovatios y las energías para hacer de ese sitio donde se encuentra un lugar más sostenible y duradero. No dudéis que en breve lo logrará, a seguir….
Desde Asturias le hemos encargado que si observa alguna idea que sea aplicable a nuestra tierra no dude en hacérnoslo saber a través del TT que, en espíritu, seguirá liderando. Nuestro querido amigo Arcadio, ese asturiano de por, seguirá aportando su sabiduría ad eternum.
Gracias por todo.