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“Decidir con ambición: el poder de elegir nuestro propio camino”

Estimados mentees, mentores, miembros de Compromiso Asturias XXI, de la Universidad de Oviedo y de la Fundación Caja Rural.

Cuando me propusieron clausurar la decimoquinta edición del programa, acepté sin pensármelo dos veces. Me hace muchísima ilusión poder compartir con vosotros, los auténticos protagonistas, un día como hoy. También os diré que lo asumo con mucha responsabilidad y, por qué no decirlo, con ciertos nervios, puesto que nada me gustaría más que conseguir que de lo que os comparta hoy os podáis llevar algo que os sirva en vuestro desarrollo personal y profesional.

Esta jornada de hoy marca no solo el fin de un ciclo, sino el comienzo de vuestros brillantes futuros. Me encuentro hoy ante vosotros no solo como directora general de Sanofi y mentora del programa, sino como una asturiana que ve en cada uno de vosotros el reflejo de sus propias aspiraciones.

Os miro a los ojos y veo muchísimas cosas: veo ilusión, veo ganas de aprender, de mejorar, de aportar a la sociedad, veo esperanza y también ambición. Y de ambición os quiero hablar hoy. A ver si entre todos, conseguimos quitarle a esta palabra la connotación negativa que se le ha dado durante mucho tiempo, puesto que la ambición bien entendida es lo que nos ayuda a seguir creciendo. La ambición es ese motor que nos impulsa a tomar decisiones valientes y a construir nuestro propio camino, tanto en nuestra carrera profesional como en nuestra vida personal.

La ambición es crucial para lograr nuestros sueños personales y profesionales. No se trata de una búsqueda egoísta de poder, sino de un deseo profundo de crecer, aprender y superar nuestros propios límites. Es la ambición la que nos lleva a fijarnos metas altas y a no conformarnos con menos de lo que podemos alcanzar. Sin ambición, nos estancaríamos y no aprovecharíamos todo nuestro potencial.

¿Y por qué os hablo hoy de ambición? Porque quiero reivindicar este concepto, porque creo que es la palanca que nos hace mejores y porque a mí me ha ayudado mucho a lograr mis sueños. Y espero, de corazón. Que también os pueda ayudar a vosotros.

Ambición y trabajo duro os hace poderosos.

Desde mis inicios en el mundo profesional, siempre supe que la clave del éxito residía en la ambición de aprender continuamente y adaptarse. La vida me ha enseñado que el conocimiento es valioso, pero la sabiduría para aplicarlo en beneficio de los demás es lo que realmente importa. Por eso hoy, estoy encantada de poder cerrar esta jornada y de haber participado como mentora. Quería devolver a mi tierra una parte de lo que ella me ha dado, y qué mejor manera de hacerlo que teniendo el honor de aportar mi pequeño grano de arena a la próxima generación de profesionales asturianos, impulsándolos a perseguir sus ambiciones con determinación y propósito.

Por cierto, hablando de la próxima generación, dejadme que haga una breve mención a Claudia, una joven prometedora que ha completado su máster en Biomedicina y Oncología Molecular. He tenido la suerte de que fuera mi mente y aprender de ella. Claudia, tu pasión por la ciencia y tu determinación por marcar la diferencia en el mundo de la salud son inspiradoras. Ha sido un placer ser tu mentora y estoy segura de que tu futuro es tan luminoso como tu talento. Y lo mismo, seguro que pueden decir mis compañeros mentores de todos vosotros.

Estáis empezando una nueva etapa en vuestras vidas y, como todo, se confecciona a partir de las decisiones que vamos tomando, algunas acertadas otras quizá no tanto, pero seguro que todas nos ayudan a aprender para tomar la siguiente. Siempre digo que no hay decisiones buenas o malas, solo TUS DECISIONES.

Por otro lado, no quiero que olvidéis que esto es un puerta giratoria, no se cierra, sino que gira. Si algo no sale como te gusta tienes la opción de salirte y empezar otra vez. Piensa, ¿qué es lo peor que te puede pasar?…no mucho.

La ambición es, precisamente, lo que nos impulsa a tomar esas decisiones y a seguir adelante. Os voy a contar mi historia… también plagada de decisiones, personales y profesionales, que son las que me han llevado hasta donde estoy hoy.

Yo, como muchos de vosotros, decidí quedarme a estudiar en mi Asturias natal y dedicarme a aprender sobre economía y empresa. Nunca antes había tenido ninguna vinculación personal con el sector de la salud. Esta pasión por involucrarme en las ciencias de la salud llegó como llegan muchas cosas buenas en la vida, de casualidad. Ya en Madrid, haciendo mi MBA, fui a escuchar una charla de una compañía farmacéutica. Hablaba de ayudar a pacientes y familias, de acelerar la ciencia, de cambiar el mundo, de hacer realidad lo imposible. En ese momento lo tuve claro: yo quería trabajar en el sector de las ciencias de la salud, realmente me visualicé haciendo un tipo de trabajo así y sabía que podía aportar, aunque no viniese de la parte científica. El tiempo me corroboró que esta decisión era la adecuada y realmente encontré mi sitio. Creo que trabajar en este sector me ha hecho mejor persona cada día.

Como persona con ambiciones, curiosa e inquieta que soy, también tomé la decisión de salir del sector y de probar qué sería trabajar en algo totalmente diferente, como era el sector agroquímico. Otra decisión que tomé. Estuve 5 años creciendo profesional y personalmente, aprendiendo de otro sector, otras personas, otras experiencias en España y Francia, hasta que decidí volver a las ciencias de la salud e incorporar todo eso que había aprendido.

Hubo otras decisiones de tipo personal y profesional, como mover a todas la familia, marido y 3 hijas a EEUU. O dedicar gran parte de mi tiempo a la vida profesional, pues nada viene sin esfuerzo y sin trabajo constante. Pensad en la pregunta. ¿qué estoy dispuesto a dar, sacrificar por mi sueño, por mi ambición?

Hace 4 años que formo parte del extraordinario equipo humano de Sanofi y, es más, tengo el enorme privilegio de estar al frente de la compañía en España, donde 1.500 personas se levantan cada día con la ilusión de ayudar a los pacientes. Sanofi es una compañía farmacéutica que tiene el objetivo de perseguir el poder de la ciencia para mejorar la vida de las personas. Un auténtico lujo poder dedicarnos a esto.

Y más, desde que somos conscientes de cómo un instrumento que hoy está en boca de todos nos puede ayudar de manera extraordinaria a nuestro propósito. Me estoy refiriendo a la Inteligencia Artificial y a su importancia en el mundo actual. Esta tecnología está revolucionando industrias y abriendo nuevas posibilidades. En el sector de la salud, por ejemplo, la IA nos permite avanzar en la investigación, mejorar los tratamientos y, en última instancia, salvar vidas. La ambición de comprender y aprovechar estas tecnologías puede llevarnos a realizar avances que antes parecían imposibles. Podemos hacer posible lo imposible. Y os puedo asegurar, además, que la ambición fue clave en la aparición de la IA cuando un pequeño grupo de personas empezaron a ambicionar que las máquinas (o los robots) pudieran llegar a aprender y pensar casi como una persona.

Vosotros tenéis por delante un futuro prometedor. Hace unos días leía (son datos del último barómetro de las expectativas de los estudiantes realizado por Compromiso Asturias) que 6 de cada 10 universitarios del principado confiáis en encontrar trabajo en Asturias.

Ya sea aquí o dondequiera del mundo que queráis desarrollaros, os pediría que no perdierais nunca la vinculación con esta tierra. Yo, por ejemplo, no lo he hecho a pesar de haber vivido en varios países. Quiero en este sentido reconocer y agradecer la enorme labor que lleva a cabo Compromiso Asturias, y también por supuesto esta Universidad, para lograr que este vínculo pueda mantenerse. Gracias a ambas también por hacer posible este programa que, año tras año, demuestra que el futuro de Asturias está en buenas manos. Gracias por permitirme ser parte de este viaje.

Y a todos los jóvenes que estáis aquí y habéis participado en el programa de Mentoring, os recuerdo:

1.La ambición es la chispa que enciende el fuego del progreso. Es esa fuerza interior que nos impulsa a alcanzar nuevas alturas, a superar nuestros propios límites y a nunca conformarnos con menos de lo que somos capaces de lograr. La ambición no es egoísmo, sino una aspiración profunda a mejorar, a aprender y a impactar positivamente en el mundo. Pensad en grandes personas y reflexionar si fueron o no ambiciosas:

Severo Ochoa. Ser nobel no se obtiene sin ambición.

El Rey Pelayo, que tuvo la ambición de reconquistar todo un territorio.

Jovellanos, escritor, jurista, político..

Elisa y Jimena Fernández de la Vega. Primeras mujeres licenciadas por la Unv de Santiago. Una en genética y otra en pediatría.

2.Sed ambiciosos en vuestros sueños. No temáis plantearos metas altas, porque solo quien se atreve a soñar en grande puede lograr lo extraordinario. La ambición os ayudará a tomar decisiones audaces y a encontrar vuestro propio camino, incluso cuando el rumbo no esté claro o las dificultades se presenten en el horizonte.

3.Dejad que la ambición sea vuestra guía en cada paso de vuestro camino. Os impulsará a superar obstáculos, a aprender de cada experiencia y a seguir adelante, incluso en los momentos más difíciles. La ambición os permitirá no solo alcanzar vuestros objetivos, sino también disfrutar del viaje, valorando cada pequeño logro y aprendizaje.

4.Mantened siempre la ambición de ser mejores, de contribuir a la sociedad y de alcanzar la excelencia. No se trata de ser perfectos, sino de esforzarse constantemente por mejorar, por aprender algo nuevo cada día y por dejar una huella positiva en el mundo. La ambición es lo que nos hace levantarnos cada día con la ilusión de ser nuestra mejor versión.

Con el corazón lleno de esperanza y orgullo, os deseo a todos un futuro lleno de éxitos y descubrimientos. Que vuestra ambición os guíe, os inspire y os lleve a construir un futuro del que os sintáis verdaderamente orgullosos. ¡Adelante, sed ambiciosos y construid un futuro que os haga sentir orgullosos!

Muchas gracias

A continuación, os invitamos a ver el acto de entrega de diplomas completo: