Blog

La respuesta es EDUCACIÓN

Adela Cortina nos recomendaba hace unos días para afrontar la situación que estamos viviendo, recurrir a los clásicos, concretamente citaba a Aristóteles. Él nos diría que debemos cultivar la fortaleza, templanza, justicia y generosidad ¡Porque estas virtudes se adquieren entrenando y observando a modelos que las cumplen! Dos mil cuatrocientos años después se pueden aplicar estas mismas virtudes a la cuestión de la educación.

Pero hoy vamos a llamar a otro de los grandes maestros del siglo XX en cuestiones de educación universitaria para que nos acompañe en estas líneas: José Ortega y Gasset.

José Ortega Gasset regresó de Alemania siendo Ortega y Gasset, allí no sólo fusionó sus dos apellidos para adaptarse a una cultura que sólo tiene uno sino que se empapó de una modernidad que quiso inculcar en España. La educación universitaria le preocupaba y dedicó muchas reflexiones para tratar de arrojar (mucha) luz sobre el problema. Qué instructivo sería que su “Misión de la Universidad” se leyera en todos los cursos cero de acceso a la Universidad.

Releyendo sus escritos nos sorprendemos al ver lo actuales que son, parecen describir la realidad que estamos viviendo. Lo que nos lleva a pensar que la educación en general y la universitaria en particular siempre están en crisis o, en tono positivo, siempre están en proceso de reflexión y mejora (y no solo la española).

Ortega nos decía que en la Universidad se debería enseñar a ejercer una profesión, a investigar científicamente y a ser una persona culta. Las dos primeras parecen a priori misiones de la Universidad que todos podemos dar por sentado, incluso están reglamentadas por parte de los gobiernos: te dicen qué hay que enseñar en cada carrera universitaria, te dicen también cómo se investiga correctamente… pero ¿enseñar a una persona a ser culta? ¿a qué se refiere Ortega con ser una persona culta? Citando sus palabras, ser una persona culta es “…ser capaz de cultivar el propio ser, de asumir y reformar los productos culturales, los modos de vivir, de pensar y de actuar”. Cultivar y reformar. Dos acciones que suponen transformación, una interior y otra exterior. En ambos casos supone un esfuerzo. Eso se esperaba de un universitario en 1930 y estoy seguro que también lo espera la sociedad de 2020.

Hoy los profesores universitarios seguimos preguntándonos cómo podríamos enseñar a nuestros estudiantes a ser personas cultas… y de pronto surge una crisis sanitaria mundial que nos pone del revés, y que sin apenas tiempo para reaccionar ni para tomar perspectiva nos pregunta: vosotros, universitarios, líderes intelectuales, ¿cómo respondéis ahora?

Estos días he podido vivir muy de cerca cómo cientos de voluntarios respondían a las necesidades sanitarias haciendo gala de fortaleza, templanza, justicia y generosidad, voluntarios que no son anónimos, tienen nombre: Pablo, Rafael, Alex, Elena, Carlos, Héctor, Alejandro, Oscar, Manu, Fernando, Miguel, José… y así hasta más de trescientos personas en Asturias que están poniendo sus recursos y su conocimiento al servicio de la comunidad. Sin esperar nada a cambio. Ahora mismo, mientras lee estas líneas, siguen imprimiendo viseras protectoras que puedan hacer el trabajo más llevadero a todo el personal sanitario de nuestra región.

Estas personas han cultivado su ser, han aprendido de forma autónoma a trabajar con una tecnología compleja. También asumen y reforman los modos de actuar, pues no asumen la injusticia de unos sanitarios desprotegidos que dan su vida por nosotros y porque han conseguido trabajar en red, creando una estructura de diseño, fabricación y logística con el tamaño de una mediana empresa. Son cultas en el sentido de Ortega y un ejemplo para todos.

Medios de prensa internacionales han llevado a sus lectores el ejemplo de este movimiento. Ortega, en esta ocasión, se hubiera sentido orgulloso del ejemplo que está dando la sociedad española.

Hoy nos preguntamos, ¿qué lecciones está dando esta crisis? ¿afecta a la Universidad?

Pues que los que saben y no hacen, no saben que sólo el aprendizaje ya no es suficiente. Se espera que nuestros universitarios sean personas a la altura de su tiempo y se espera de los profesores que faciliten ese crecimiento personal. Se espera que conozcan las tecnologías y que las pongan rápidamente en práctica en caso de necesidad. Se espera que compartan su conocimiento. Se espera generosidad, templanza, fortaleza y justicia. Se espera una llamada a la acción. Cultivar y reformar.

Las crisis nos enseñan muchas cosas, otra cosa es lo que aprendemos.

 

Ramón Rubio

Socio y vocal de la junta directiva de Compromiso Asturias XXI

Doctor profesor en la EPI Universidad de Oviedo     

Post a comment