Blog

El impacto económico y social de la sidra como patrimonio de Asturias

Reyes Ceñal

Directora CAXXI

Publicado en revista Vivir Asturias

El impacto económico y social de la sidra como patrimonio de Asturias

La Sidra en Asturias es un producto que forma parte indisoluble de un ecosistema (alimentación-paisaje-ocio y turismo-gastronomía-cultura) que garantiza un sostenible volumen de actividad económica y contribuye a dibujar el posicionamiento de la marca Asturias dentro y fuera de nuestra región.

En grandes números su facturación ocupa el tercer puesto en importancia del sector agroalimentario, tras los sectores lácteo y cárnico. Asimismo, Asturias es la primera región productora de sidra (+del 80%) en España (concentrada en el norte del país) y la cuarta en Europa tras Inglaterra, Irlanda y Francia.

En la campaña 2018/2019 figuraban registrados en Asturias 84 lagares. En dicha campaña los litros elaborados en nuestra región ascendieron a más de 31 Millones repartidos entre Sidra Natural (+ de 18 Mill. L) y Sidra (+ de 13 Mill. L). Fuente: Gobierno del Principado de Asturias. Consejería Medio Rural y Cohesión Territorial.

Aunque el consumidor está familiarizado con el producto final, su consumo y producción impacta directamente en dos sectores: los productores de manzana y los elaboradores del producto. La manzana constituye la principal materia prima destinada a la producción de sidra, contando el Principado de Asturias con aproximadamente 6.500 ha de su territorio destinadas al cultivo de manzana de esta fruta en la actualidad. Por lo tanto, el consumidor al beber sidra no sólo apoya la conservación del paisaje asturiano si no que inyecta valor añadido a las pomaradas asturianas destinadas a obtener el mosto de este producto.

A la necesaria modernización del sector, a comienzos del siglo XXI, contribuyeron principalmente dos hitos: la obligatoriedad de etiquetar la Sidra Natural (“la que se escancia”) y la posterior puesta en marcha de la Denominación de Origen Protegida “Sidra de Asturias” impulsada, no sin controversias, por una mayoría del sector (productor y elaborador) con el apoyo de la administración regional. Este ha sido el desencadenante de las mejoras en la búsqueda de una calidad diferenciada para el producto, de cara a satisfacer a un consumidor cada vez más exigente en calidad y cada vez más diverso en sus gustos.

Sin lugar a dudas, el impacto de la pandemia ha potenciado aún más la importancia de preservar y proteger este legado de conocimientos y técnicas que se transmiten de generación en generación cuya raíz viene desde la época de los astures. Así se ha conformado un círculo virtuoso entre nuestra tierra, el productor y el consumidor final, pasando por las empresas familiares elaboradoras y la hostelería, quienes han sido los profetas del mensaje que nos trasmiten nuestros antepasados a través de este producto. La sidra aporta además un valor intangible de enorme impacto, muy compartido por los asturianos de aquí y de allí, quienes la vivimos como una seña de identidad, con su añoranza a momentos de alegría compartida con familia y amigos, con su sabor, aroma y sonido característicos.

La reciente candidatura de la Sidra para patrimonio cultural inmaterial de la humanidad es la manifestación del mantenimiento de la diversidad cultural frente a la creciente globalización y los cambios socioculturales. El reconocimiento será el culmen de una identidad asturiana compartida y respetada por toda la sociedad.

Reyes Ceñal

Directora de CAXXI

Revista Vivir Asturias pag46