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DEBEMOS APRENDER A CAMBIAR

Lecciones tras la pandemia

Ante esta gran crisis que se ha presentado debido a la trágica pandemia del COVID-19, la triste pérdida de gran cantidad de vidas humanas y el duro golpe a la economía, nos tenemos que proponer salir de esta situación tremendamente fortalecidos para mejorar aquellas cosas que no han funcionado bien, se tiene que analizar todo lo sucedido, elemento a elemento y recomponer lo que sea necesario para buscar el cambio positivo.

Hay varias cuestiones que se pueden ir analizando: la universalidad del sistema sanitario, las nuevas posibilidades de la educación online, la concentración de la población en grandes ciudades, el abandono de las áreas rurales, la atención de los mayores en residencias, el acceso a internet para la totalidad de la población del área rural o a las pequeñas poblaciones, el teletrabajo, la mejora de los procesos en la industria, la automatización y la robótica, los retos de la industria 4.0, el desarrollo de las Smart cities, etc.

Para el desarrollo de estos temas y, otros muchos, se deben buscar aquellas nuevas necesidades que manifiesten la posibilidad de dar un servicio que contribuya a un cambio de modelo de sociedad.

Estamos viendo que el despoblamiento de las áreas rurales, con el abandono de pueblos y aldeas conlleva a que la población mayor se traslade a residencias cuidadas por personal especializado en mayores dependientes. Obviamente, esta forma de vida se está extendiendo debido a que la gran concentración de empleo se encuentra en las grandes ciudades, pero deberíamos buscar otro sistema que no obligue a que los jóvenes de las zonas rurales tengan que salir de su entorno y así poder atender a los mayores. Una opción alternativa sería el teletrabajo.

La idea de que China es la fábrica de todos debe cambiar; este modelo de economía globalizada que convierte a China en el epicentro de la fabricación del mundo nos ha demostrado que ha supuesto un gran error para nuestro país, bien sea por la pérdida de empleo o por la dependencia de su mercado. Es una falta de estrategia total y desafortunada a medio y largo plazo y más cuando hay periodos de crisis. Tener tanta dependencia de terceros es un fracaso en el propio sistema económico de un país.

Por tanto, el empleo local, no despoblar los pueblos y estar cerca de las familias es una ventaja que se tiene que analizar.

Actualmente, estamos viendo cómo es posible realizar teletrabajo desde nuestras casas, las empresas han podido seguir funcionando en el periodo de confinamiento, hemos estado conectados permanentemente a través de distintas plataformas de comunicación estableciendo relaciones desde cualquier parte del mundo, sin necesidad de viajar, las reuniones online en multi conferencia se han incrementado en estos días. Por tanto, las posibilidades de trabajar desde casa han aumentado; así que, desde nuestro pequeño lugar de vida sea una pequeña ciudad, un pueblo o una aldea, obviamente con una buena disponibilidad de internet eficiente podemos seguir realizando nuestra actividad.

Tenemos que trabajar por resultados, por objetivos y por eficiencia. Nuestro valor residirá en la resolución de problemas independientemente del lugar donde nos encontremos, sea nuestro domicilio o donde se ubique la empresa. Los medios tecnológicos de los que disponemos hoy en día nos permite hacer casi todo; un ejemplo, realizar seguimiento de operaciones médicas desde otra parte del mundo o controlar un centro de generación eléctrica a miles de km.

Otro nuevo reto que aún nos espera y que tiene un largo camino por andar, es el de la industria 4.0, ya que se necesita un avance hacia un marco tecnológico más desarrollado, elaborar nuevos sistemas, encontrar soluciones de interconectividad, inteligencia artificial, mayor automatización de los sistemas y, por tanto, un área imprescindible para la creación de nuevos empleos.

Sería interesante conocer donde existen las necesidades para exportar nuestros productos.

Desde nuestra pequeña o gran empresa local y utilizando las nuevas tecnologías que están a nuestro alcance debemos llegar a distintos mercados aprovechando la gran ventana al exterior que nos ofrece internet.

También podemos pensar acerca de los hábitos sociales y el cambio que puede darse ante la necesidad de cambiar ciertas conductas, una gran parte de la población intentará evitar la masificación y las aglomeraciones, lo que provocará que se deberán de reorientar y repensar las costumbres de las personas, uno de estos cambios es el contacto directo entre personas para determinados casos, por ejemplo, salas de cine o teatro o conciertos,  la compra online para los supermercados, la atención robotizada en restaurantes, los conductores de taxis, etc., van a ser fuertemente reordenados.

Las cosas van a cambiar o estar cambiando, la realidad es bien cierta en este aspecto, la cuestión es que o nos quedamos esperando a que nos lleguen los cambios o comenzamos a emprender estos cambios con propuestas que activen las ideas del cambio. La pasividad ya no es una posición de futuro, la pasividad es una opción de acomodo y permanente postura de conformismo.

Por consiguiente, debemos aprender a cambiar, tanto a nivel individual, como a nivel colectivo y social, la realidad requiere un cambio. No podemos continuar con la misma situación, y por ello tenemos que dar oportunidad al gran potencial que tienen las áreas con menos población.

Las actuales vías de comunicación y las futuras son una gran ventaja para nuestra región, la calidad de vida, nuestro paisaje, la gastronomía, el alto nivel de preparación de los jóvenes universitarios y, también, aquellos que realizan la formación profesional son garantía de poder aprovechar las oportunidades que se presentan ante la necesidad del cambio.

La despoblación actual se debe de convertir en un nuevo reto de futuro, recuperando el atractivo y las ventajas que supone un estilo de vida diferente, posiblemente con un potencial de calidad de vida mayor que cualquier otro lugar; no cabe duda que mayor que cualquier suburbio en una gran ciudad.

Cada cambio debe de partir de cada persona y sus propias decisiones. Posiblemente muy difíciles de tomar y, no cabe duda que, arriesgadas e inciertas.

Miguel Comino. Socio de Compromiso Asturias XXI

                                    

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