Ideas para activar una zona de actividades logísticas puesta en marcha hace dos décadas
En La Nueva España del 1 de julio se recoge la Junta de Accionistas de la Zalia. Sus directivos nos transmiten nuevamente las manifestaciones de interés de importantísimas empresas ansiosas por ocupar su, desde hace muchos años, desierto espacio. Se repite la mención a un fugitivo futuro que siempre se presenta tan cercano como la tortuga de Aquiles. Al leerlo nos vino a la cabeza la canción que empieza así: «Ai, Pinín, cásate comigo / Que mio padre va dame bon dote / Tengo yo munches caseríes / Toes les tengo yo nel cocorote».
En nuestra opinión la Zalia no nacerá jamás si no aprendemos lo que es una zona de actividades logísticas, dado que la actual no está concebida como tal sino como un polígono industrial más. Ello se deriva de desconocer que la competitividad actual no está en las batallas entre empresas ni entre sectores industriales, sino entre las cadenas de suministros.
Las permanentes dificultades se derivan de qué nadie sabe para que vale por lo que, aunque se fundó en 2005, no se tiene aún ni una visión global, ni un plan de empresa. Por ello resucitar la Zalia exige darle lo un giro copernicano a su derrotero para establecer un rumbo que priorice la importancia de la logística como un fundamento del éxito de la política económica:
Esa singladura no la ha abordado tampoco el Noroeste Ibérico, que no tiene una red que funcione engranada para darle a las infraestructuras (marítimas y terrestres) toda la potencialidad derivada de un transporte multimodal y de crear valor añadido, tanto en los nodos, como en el conjunto. Por ello insistimos en que debemos conseguir que los diversos puertos y zales actúen en competencia sinérgica y con una visión conjunta para hacer del Noroeste la «Nueva Puerta de Europa», tras arrumbar los pequeños intereses políticos autonómicos: volvemos a nosotros, para recordar que los Puertos de Aviles y Gijón no serán nada sin que los dos funcionen con una visión estratégica común como parte de una sola Autoridad Portuaria.
Para conseguir los objetivos es obvio recordar antes:
-Que las infraestructuras son necesarias, pero no son nada sin transporte.
–Que el transporte es indispensable, pero que no es nada sin logística.
–Por olvidar esos fundamentos desde el antes mencionado 2005 hemos perdido múltiples batallas
Volvemos a la Zalia para añadir que, en nuestra opinión, es falso que ella no se haya vendido por la falta de infraestructuras (accesos, suministros, servicios, alcantarillado…), que es cierto que faltan, pero que si hubiera habido una dinámica positiva se hubieran construido a la par que se instalaban los nuevos negocios en las parcelas. Pues la propia expansión hubiera permitido encontrar el dinero necesario sin depender de las ayudas de otros, las cuales nunca han llegado quizá por la misma desconfianza que ata a los posibles clientes, que valoran mal los cuentos de la lechera.
Lo anterior debe llevarnos a aprender de una vez que una Zalia no es un conjunto de naves, sino un cerebro que impulse la movilidad y que sea polo de una red logística.
En consecuencia, debemos abandonar los latifundios de palabras vanas para dedicarnos a buscar mercados, en lugar de confiar en que otros nos lo resuelvan todo. Por otra parte, el Principado debería saber que un puerto no es un armario de luna para mirarse en él las personas afines al gobierno de turno sino un negocio comercial, que se gestiona activamente, y que por ello el nuestro debe formar parte de la red marítima del Cantábrico, que es la puerta de Europa al Mundo.
Aunque globalmente no está integrada, la red logística terrestre en el Noroeste es la otra hoja de la tijera. Cantabria tiene una Zal grande, la de la Pasiega. Castilla León tiene varias, la más cercana a nosotros la de Torneros en León, unida a Galicia por la de Ponferrada. Esta los tiene ligados a sus grandes puertos, Ferrol, A Coruña y Vigo vertebrados en el interior con el de Monforte que da salida hacia León y Castilla. Asturias paraliza permanentemente a su Zalia, que además está aislada por el MITMA de la red ferroviaria europea de mercancías.
El que no tengamos mentalidad para adoptar una estrategia logística y sigamos pensando en términos de tráficos cautivos, deudas históricas y exigencias de que otros nos traigan cosas sin lucharlas, solo valdrá para que la gran puerta de Europa sea una pared tapiada en Asturias, por lo que el comercio fluirá hacia el mundo desde Cantabria, Galicia y Vasconia.
Si no hacemos algo, tampoco podremos pedir que se gaste dinero en cosas incoherentes como los grandes puertos o el nuevo ferrocarril. Lo decimos porque, sin tráfico, dentro de unos años serán chatarra y desaparecerán como desaparecieron el Puerto de San Esteban de Pravia y el ferrocarril de la ruta de la Plata.
Nosotros nos negamos a eso.
Por ello debemos luchar para que nuestros puertos y nuestras comunicaciones terrestres sean parte de la economía de la NUEVA FRONTERA. Para ello lo primero es que nuestros gestores se dediquen a hacer su tarea como si dirigieran un negocio comercial y no como detentadores de un trofeo político.
Resumimos lo anterior en dos frases:
Si no se tiene una estrategia sensata y verosímil para la Zalia nada valdrá para nada, aunque, como hasta ahora, se siga metiendo dinero como en un pozo sin fondo. Si la Zalia tuviera una estrategia y un plan de empresa, las decisiones se tomarían en función de ellas y no por motivos de conveniencia política coyuntural derivadas de actuar sin antes poner al pensar y a la voluntad en funcionamiento.
¡Por favor!
Un poquito de responsabilidad porque:
Hacer esto bien es un hito esencial en el camino hacia la NUEVA FRONTERA del Noroeste.