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Entrevista a Irene Cano, Socia de Honor 2021

Compartimos entrevista a Irene Cano, Socia de Honor 2021 y directora de Meta en España y Portugal.

 

«La gente escucha lo que quiere escuchar, compra y lee lo que quiere leer; y obviamente un algoritmo, que es Inteligencia Artificial, optimiza en función de lo que él quiere ver».

Una conversación sobre el futuro. Dónde estamos hoy y hacia dónde vamos mañana. En el mundo físico y en el mundo digital. El camino, dice Irene Cano, directora general de Meta en España y Portugal, es híbrido. «Lo que necesitamos es convivir y hacer maridar de forma híbrida el mundo digital y el mundo físico de una manera sencilla para que la forma de comunicarnos sea mucho más interactiva», dice la directiva de Facebook en una entrevista en Hora 25 con Aimar Bretos.

«El Metaverso tiene muchos avances que son reales y son tangibles y luego muchos que están en el horizonte, pero obviamente yo no conozco a nadie hoy en día que sea capaz de predecir a diez años», dice Cano. Todo va demasiado deprisa como para hacer cálculos sobre el futuro. «Hay un plan a diez años. Pero realmente con el crecimiento exponencial de la tecnología que ha traído la inteligencia artificial ha quedado un poco obsoleto. La tecnología ya no se duplica cada dos años. Realmente estamos viendo crecimientos por mil, con lo cual es difícil de predecir a diez años». Y muchas veces esto va de prueba y error. «Tener una visión es saber también ejecutar y cambiar a tiempo, porque no siempre aciertas en la primera decisión cuando el futuro es tan incierto. Pero tienes un plan que te permite ir optimizando tus decisiones y así se innova».

«Hemos sido una de las empresas pioneras en invertir en inteligencia artificial y estamos invirtiendo en construir los productos y los servicios más populares y más eficientes del futuro. Muchos de ellos están ya aquí. Simplemente los estamos mejorando con la información que recibimos de los usuarios y con las herramientas que tenemos para perfeccionar las aplicaciones que ya se utilizan. Estamos invirtiendo también en la construcción de la siguiente plataforma de Internet. Yo prefiero llamarla así que Metaverso. Hay que invertir en dispositivos, hay que invertir en infraestructuras y hay que invertir en la potencial construcción o desarrollo de contenidos para consumir con esos dispositivos y gracias a esas infraestructuras».

¿El mundo digital ya es el mundo real?
La jefa de Meta en la península Ibérica distingue en todo momento entre mundo físico y mundo digital, no entre mundo real y digital. «Habría que preguntarle a las generaciones desde la Z hacia adelante o hacia atrás. Depende de cómo queramos ver qué es real, porque son generaciones nativas en redes. Entonces yo hablo de mundo físico y mundo híbrido, porque yo creo que los dos ya son reales, pero esa nueva plataforma que nos permite interactuar de una manera mucho más atractiva e integrada, interactiva, valga la redundancia, requiere de dispositivos que no nos saquen de la realidad, dispositivos que estén integrados y que nos permitan esa inmersión en ambos mundos. Y luego requiere de una infraestructura que lo soporte. Las redes actuales no lo soportan».

«La gente, cuando hablamos de Metaverso y de las plataformas del futuro, piensa en juegos y en hologramas y en dinámicas que no son las reales. Hay mucho ya hecho en industrias como la sanitaria. Se ha utilizado la inteligencia artificial y la tecnología para no solamente mejorar las técnicas de diagnóstico, sino también mejorar los tratamientos. Las vacunas son uno de los grandes ejemplo. En educación hay muchas empresas que están utilizando la realidad híbrida o realidad mixta para conseguir que no todos sus alumnos tengan que estar físicamente en el mismo sitio, con la oportunidad que eso supone para la gente con menos recursos. Hay incluso universidades en España que ya lo están haciendo. Te puedes conectar desde cualquier lugar del mundo. Al final el que puedas hacer esto y el que las experiencias sean integradas lo que hace es trascender el espacio físico».

Excitación, miedo y adaptación
Eso nos lleva a la pregunta sobre qué vamos a seguir haciendo y qué no en el mundo físico de aquí a unos años. «Yo creo que para tomarse una cerveza y comerse una fabada, que yo soy asturiana, nos tendremos que seguir reuniendo. Gracias a Dios. Yo no creo que la tecnología sea capaz de suplir cierto tipo de valores humanos, que creo que son esenciales, pero sí que viene a complementarlos y a mejorar la forma que tenemos de todo». Y es aquí cuando la directiva de Meta explica las fases por las que pasan todas las tecnologías a lo largo de toda la humanidad. Es una misma curva, un mismo patrón, dice. «Primero es la excitación, porque ves las cosas buenas que te aporta, luego es el miedo porque ves las cosas malas que te puede traer o, sobre todo, la dependencia que ya tienes de esa tecnología. Y luego hay una fase de aceptación y de posterior adaptación, que realmente son nativas o normales en todas las tecnologías. Y por todas esas vamos a tener que pasar». ¿Y en cuál estamos ahora? «En la de miedo. Si hablamos de inteligencia artificial, en la de miedo, porque se ven tantas cosas que se pueden hacer con ella, que la gente está intentando limitar un poco esa dependencia que cree que tiene de ella. Pero sin duda ninguna vamos a pasar a la adaptación y a la adopción».

Ese miedo se basa por lo general en la pérdida de control que puede acabar teniendo el humano sobre las máquinas. «Tengo recelos de que realmente no seamos capaces de ponernos de acuerdo para que cierto tipo de cosas no ocurran, pero si con tecnologías como la nuclear hemos sido capaces de hacerlo no tengo ninguna duda de que el ser humano siempre va a estar por delante de la máquina», dice Cano.

El poder del algoritmo
La pregunta que medio mundo se sigue haciendo según avanza el desarrollo de las plataformas es cómo funciona el algoritmo, ese concepto que determina lo que vemos en la red, lo busquemos o no. ¿Eso nos facilita la vida o nos limita el campo de visión dentro del mundo digital? «El algoritmo obviamente optimiza en función de lo que uno quiere ver más. He ahí un objetivo de hacer eso que es que tú entres y consumas ese contenido. Es decir, ¿por qué van los jóvenes a un sitio y no van a otro? Pues al final porque el algoritmo funciona mejor para ellos en un sitio que en otro, porque optimiza positivamente lo que quieren ver. Entonces la gente escucha lo que quiere escuchar. Ve, compra y lee lo que quiere leer. Y obviamente un algoritmo que es inteligencia artificial, ya en este caso optimiza en función de lo que él quiere ver».

Lo que pasa, dice Bretos en la entrevista, es que teníamos una idea de internet como un campo enorme que se nos abría a mil universos distintos y si por la puerta por la que entramos a ese campo nos ofrecen lo que saben que nos va a gustar de ese universo, se nos achica nuestra propia inquietud. «Si no tenemos inquietud, el mundo se nos achica. Pero un concepto como Instagram o un producto como Instagram se basa en que tú entres ahí a inspirarte, porque ahí no hay identidad real», responde Cano. «Tú sigues a quien quieres, pero no tienen por qué ser tus amigos. Sigues a medios de comunicación y sigues deportistas y sigues actores y sigues amigos que publican, porque ahora es una genialidad que cualquiera pueda ser un creador de contenidos digital, incluso además monetizarlo. Pero tú eres responsable de seguir cosas y solo sigues cinco cosas, pues tu mundo es mucho más pequeño que si sigues 10.000 cuentas. Y luego lo mismo ocurre en Facebook. Tú tienes unos puntitos en la parte derecha de las publicaciones en las que puedes configurar qué quiero ver más y qué quiero ver menos, incluso bloquear cuentas o silenciarlas».

Cuál es entonces el futuro del algoritmo. Hasta qué punto va a seguir determinando lo que consumimos. «El algoritmo se compone de muchísimas variables. Entonces el algoritmo lo que pretende primero es que tengas una navegación segura y privada. Es decir, hay un montón de conceptos que garantizan, porque es nuestra principal preocupación que la gente navegue de manera segura y que salvaguarde su privacidad. Eso incluye eliminar contenidos que promueven desde el discurso del odio hasta muchos otros comportamientos que la comunidad, la propia comunidad y los expertos deciden que no son estándares seguros. Pero luego en ese algoritmo se introducen variables de afinidad con aquellas cosas que te gusta más ver y que tú has declarado o manifestado con tu comportamiento, que quieres ver más».

Moderadores de contenido
Sobre el debate de si una red social, que al fin y al cabo es una empresa, tiene que tener la capacidad de cribar lo que puede llegarnos como consumidores y lo que no sin una orden judicial, Irene Cano responde: «Nosotros no decidimos como empresa qué contenido mantenemos y qué contenido no mantenemos. Hay unos estándares de comunidad que se definen conjuntamente con expertos, con los propios usuarios, que muchas veces trasladan el feedback de qué es lo que quieren ver y qué no es lo que quieren ver. Y muchas veces el regulador que determina que contenidos y que no contenidos pueden ser hasta legales o no legales. Pero no somos nosotros independientes».

En los últimos meses hemos conocido la primera sentencia contra una empresa de Barcelona que subcontrata Meta, que se dedica a cribar vídeos en los que la gente sube todo tipo de barbaridades. Alguien tiene que hacer la selección. Y esas personas trabajan en unas condiciones para su salud mental muy complicadas, porque estar viendo todo el día asesinatos, palizas, eso le deja a uno fatal. «Existe la forma de cribar contenido, que no es cribar realmente, porque cribar tiene una connotación negativa. Es moderar el contenido para garantizar que los 4.000 millones de personas que usan las redes todos los meses no accedan a esa información».

¿Y cómo se modera ese contenido? Cano explica una sucesión de procesos, desde la tecnología al ojo humano. «En primer lugar, lo hace la tecnología. La inteligencia artificial elimina prácticamente todo el contenido relacionado con discurso del odio, violencia y según que otras prácticas que no están consentidas según los términos y condiciones de las plataformas. En segundo lugar, los reportes de la comunidad de los usuarios. Cuando algo no me gusta, yo decido que esto no me gusta y especifico el motivo. Y es ahí donde entra el moderador de contenido, la persona física, es decir, la opinión humana que siempre está por encima del potencial fallo de la tecnología. Y es cierto que es un trabajo complicado, no lo vamos a negar, pero hay 40.000 personas haciendo esto en el mundo».

Facebook ha sido señalada en ocasiones por su forma de afrontar este problema. Cano afirma que «no hay otra empresa que haya invertido en la seguridad de las plataformas como lo estamos haciendo nosotros, y en la seguridad de los empleados que trabajan en esas plataformas. Esta gente tiene contratos en los que desde el primer momento se les ofrecen todos los servicios posibles humanamente posibles para garantizar su salud mental. Tienen servicios 24 horas para poder acudir a especialistas, a profesionales especializados para que les ayuden a gestionar el tipo de contenido y las consecuencias que eso pueda tener. Pero luego hay tecnología que también les permite personalizar la forma en la que moderan ese contenido. Pueden desde la plataforma de revisión decidir que lo quieren ver velado la primera vez, puedes velarlo parcialmente. Puedes verlo en blanco y negro. Puedes verlo con o sin sonido, dentro de lo tecnológicamente y humanamente posible. Les ofrecemos todos los servicios para intentar que trabajen en las mejores condiciones. Pero gracias a que hay 40.000 personas, no solamente en Barcelona, hay centros en todo el mundo, es gracias a ellos a los que uno entra en en las plataformas y muchas veces son rosas y no negras».

¿Se puede garantizar que nadie entre en nuestras conversaciones?
«Nadie puede garantizar eso al 100%. Ahora esto no ha ocurrido prácticamente nunca. Y sí ha ocurrido en otras empresas que tienen medidas de seguridad porque tienen otro dinero u otro tipo de información, como la sanitaria. Nadie quiere que le ocurra eso y todo el mundo pone todos los medios a su disposición para que no ocurra. Pero el malo muchas veces va por delante del bueno y el bueno lo que tiene que hacer es ir a arreglar lo que el malo ha estropeado. No te puedo contestar otra cosa. Espero que no ocurra nunca».

Irene Cano

Socia de Honor 2021

Publicado 21/03/2024 👉 Cadena SER